Fundación Alfalfa

Ustedes nos conocen. Hasta se podría decir que nos conocen más que nosotros mismos. Saben de nuestro gusto por el cine, por las series, por los tacos, por José José pero sobre todo por hacerlos felices. 

Esperen, tengo un punto, no les voy a vender nada (o tal vez sí pero si dejan de leer ahora quizás nunca lo sepan). El asunto es que ustedes, queridos sobrinos, no fueron los primeros seres a los que quisimos ver felices. 

Es momento, tenemos que hablar de los verdaderos dueños de nuestros corazones, nuestras oficinas y nuestras quincenas, les queremos hablar de Alfalfa y sus secuaces.

Todo comenzó cuando llegamos a lo que hoy es el búnker de Killer Quake, la Capilla Sixtina de la creatividad desmedida que se plasma en incontables productos que son el deleite de chicos y grandes los cuales están a su alcance tan solo dando un…. 

ESPEREN… 

dije que no les iba a vender nada… todavía. 

Prosigo. 

Cuando llegamos a lo que hoy es la casa de Killer Quake, descubrimos que ya tenía un habitante, un inquilino, un dueño, un amo y señor. Un precioso gato que en su cabecita parecía tener un peinado como de vereda, el cual nos remitió inmediatamente a (spoiler) Alfalfa, un personaje que quizás ustedes no conozcan pero sus abuelos y nosotros sí, razón por la cual decidimos darle ese nombre a nuestro nuevo amigo para, luego de una leve inspección algo invasiva, la verdad, descubrir que no era amigo, sino amiga. 

Por suerte no lo llamamos “Edgar Antonio” en lugar de Alfalfa lo cual nos permitió conservar su nombre a pesar de su repentino cambio de sexo.

Al poco tiempo nos enteramos por los vecinos que Alfalfa deambulaba por las calles debido a que su anterior dueña había fallecido, así que decidimos no solo abrirle todas las puertas de nuestra nueva casa sino también nuestros corazones, y desde entonces ha sido partícipe y cómplice de cientos de aventuras como aquella vez que rescatamos al becario de las fauces de un Hipopótamo rabioso el cual no pudo ante los fieros zarpazos de la valiente Alfalfa… 

Ok, quizás estoy exagerando un poco y solo sea que el becario se cayó de cabeza dentro de un bote de basura y Alfalfa fue hasta la puerta a avisarnos que si no hacíamos algo nos podríamos quedar sin becario, pero el caso es que todos en Killer Quake amamos y cuidamos de Alfalfa tanto o más que ella a nosotros. 

Tanto fue nuestro cuidado, nuestro cariño y nuestra protección hacia Alfalfa que al poco tiempo comenzaron a llegar más gatitos de la calle, suponemos antiguos compañeros de parranda de nuestra Alfalfa a los que seguramente les platicó lo bien que se dormía, jugaba y comía bajo nuestro techo. 

Una cosa debió convencerlos: los sábados, todos en Killer Quake desayunamos Cochinita Pibil, y cuando decimos todos, es TODOS.

Hoy nuestras vidas se complementan con los ronroneos de Bolita, Sombrita, Xec, Chilmole, Vincent, Nani, China y Chino, y otro selecto grupo de gatos que no viven las 24 horas con nosotros pero ocasionalmente pasan por su lunch y a cambio nos dejan algún ratón o insecto a medio comer como muestra de agradecimiento. 

He ahí que hemos llegado al meollo de toda esta bella historia, Alfalfa tiene ya una fundación de la cual es presidenta honoraria y en esta fundación nos hemos empeñado en darle una nueva oportunidad de hogar a los gatos que van llegando. 

Obviamente esto implica que además de amarlos, alimentarlos y procurar su salud, tenemos que esterilizarlos para que precisamente sus hijitos no terminen también en la calle porque tampoco creemos que haya tantos tíos Killer Quakes por la colonia, por la ciudad o por el mundo.

Y aquí es donde, ahora sí, les vendo algo, pueden llamarlo donativo, nosotros queremos pensar que nos están mandando un ronroneo digital el cual se transforma en uno real que nos llena de alegría y satisfacción, sobre todo porque sabemos que entre todos estamos ayudando a que nuestros queridos michis tengan una vida tan bonita como todos ustedes, nuestros adorados y bellos sobrinos. Pueden donar dando click al baner de arriba o aquí  :)

Miauwchas gracias.